Son las diez de la mañana y el sonido de un helicóptero de la policía girando sobre las cabezas de los manifestantes me hace difícil la concentración en mi trabajo. Parece que cesa en su pasar, pero no, ahí esta de nuevo. Algo así pasa con los grandes temas que ocupan y preocupan en este nuestro País, y este fin de semana la insistencia se ha vuelto machacona con 2: la incongruencia y el pasotismo.La incongruencia de una formación política a la que sus bases le han pedido coherencia: hablo de ERC, y el pasotismo del Gobierno Zapatero en la defensa de los intereses de España en la nueva república bolivariana del Sr. Morales.
En que sano juicio cabe el hecho de que una formación política forme parte de un gobierno, presente un proyecto con ese Gobierno, se separe del mismo –del proyecto claro es-, facilite eso sí su tramitación parlamentaria pese a estar en contra, un partido que a posteriori pensaba pedir que los ciudadanos a la hora de ir a votar el referéndum dibujen -es un decir- corazoncitos en su papeleta para que ésta sea nula; un partido que es apeado del cotarro por sus “bases”; por último un partido que le dice a sus compañeros de Gobierno “si no quieren que estemos que nos echen”, pero nosotros no nos vamos. ¿Incongruente y kafkaiano no creen?
Y en el otro lado un Gobierno central despreocupado de los intereses económicos del País en Bolivia, un presidente que le rió la gracia al líder cocalero y que ahora no es quien de ponerlo en su sitio, porque no nos engañemos en la política internacional existen “armas” suficientes para forzar acuerdos, en este caso para que se respeten los derechos de los intereses españoles en Bolivia, y no utilizarlos coloca al Sr. Zapatero en una situación clara de desidia y falta de interés por nuestros intereses nacionales.
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