Esta carta me gustaría dirigirla a
toda la clase política de la ciudad en general, y al alcalde en particular.
Estamos ante una gran oportunidad para Vigo, diría que en un momento
trascendente para la misma, como es por fin convertirnos en capital de una
población de más de 500.000 habitantes, de ser el inicio de algo grande, de ser
pioneros en Galicia, y lo más importante de mejorar la calidad de vida de la
ciudadanía, de abaratar servicios y de ser en un futuro cercano una gran
conurbación formando una auténtica unidad funcional. Para eso el señor
Caballero debe tener alturas de miras, no en lo personal, si no en lo
colectivo, y con él el resto de formaciones políticas, pensar en Vigo y no en
los puestos, lo malo para los intereses de la colectividad es que parece que no
tiene esa capacidad. El alcalde debe ser quien de liderar este gran paso para
todos, deber ser el que capitanee el proceso y así por parte del partido
popular se le ha ofrecido la presidencia del Área, pero a él no le vale,
necesite que en la Ley figure su nombre y apellidos, y las leyes no son
nominales sino colectivas. De lo que si que no es tiempo es de la mentira por
la mentira, de la confrontación por la confrontación, porque una mentira
coreada mil veces no es verdad: las leyes son constitucionales per se, y sólo
el Tribunal Constitucional ante un recurso puede decir que no lo es; no podemos
decir sin que funcione que perjudica a la ciudad, porque sólo lo puede estar en
una entelequia y en la irrealidad de un deseo. Es tiempo de consensos, y el
consenso se le ha ofrecido, pero él lo ha rechazado; es tiempo de la
construcción, no de la oposición; es tiempo de la suma y de arrimar el hombro
con las localidades que forman nuestra más cercana realidad, no es por tanto
tiempo de menospreciar a quienes son vecinos más pequeños, pues nadie es
pequeño si es tu aliado; es tiempo en que cuando una crisis tan profunda ataca
nuestra economía cualquier oportunidad debe ser aprovechada para arrancarnos de
los brazos de la desesperación y llevarnos al sendero de un mayor crecimiento
económico para la ciudad.
Por eso debemos de pedir a los
políticos de Vigo, y por ende al Alcalde que acudan al pleno de constitución
del Área Metropolitana, que piensen en Vigo no en ellos, que el alcalde siendo
miembro nato, como es, sea elegido Presidente del Área y se ponga a trabajar en
post de materializar esta oportunidad, no de torpedearla.
No
es tiempo de echar el freno, ni de simplismos, ni de mirarnos el ombligo, o de
dar pasos hacia atrás. Tenemos que estar en un nuevo tiempo, el de sembrar en
lo político, institucional, y también en lo social, para pronto poder recoger
los frutos, los frutos que signifiquen colocarnos con más superioridad a la cabeza
en lo económico y en lo social de Galicia, y porque no, debemos ser ambiciosos
y convertirnos en líderes del Norte peninsular. El reto es complicado porque
ciudades como Bilbao están ahí, pero no es imposible, sólo teniendo altas metas
podremos lograr altos destinos.