05 junio 2006

ZAPATERO VISTETE DESPACIO QUE TENEMOS PRISA

Vísteme despacio que tengo prisa. Así reza uno de los más conocidos refranes de la sabiduría popular española, y así debería ser nuestra forma de actuación en los más diversos órdenes de la vida: la calma, la pausa, el razonamiento previo debe ser principios básicos de nuestro actuar en orden a no equivocarnos, no elegir el camino inadecuado, y sobre todo no meternos en un callejón sin salida.
Se acusa desde el PSOE y desde el Gobierno al Partido Popular de situarse en la confrontación, y subyace de sus argumentos un cierto tufillo a decir que los populares no quieren la paz. Se equivocan de cabo a rabo sres. socialistas, se equivocan y lo peor de todo es que lo hacen uds. en solitario sin dejarse aconsejar de quienes representan en el Parlamento de la Nación a 10 millones de españoles, desoyendo las peticiones de prudencia, de que vistan el proceso de paz despacio, que previamente tengan la ropa de la rendición de los terroristas, y que no por mucho madrugar, correr o imaginar sus próximos réditos electorales, la paz a España llegará antes. Dar carta blanca a los batasunos, ceder constantemente a los chantajes, que el mundo radical les envía, sólo conduce al debilitamiento del Estado de Derecho, y a situarse en una posición cada vez más alejada de los intereses de los españoles.
No entiendo pues esas prisas, la expulsión de ETA-Batasuna de la legalidad y de la normalidad democrática fue sin lugar a dudas la decisión política, legislativa y judicial que más daño ha hecho a los terroristas y su entorno en toda su historia. Situó a los terroristas al borde de la desaparición, lo que incluso ha sido reconocido por históricos socialistas como el propio Felipe González.
Lo que Zapatero pretende ahora no se entiende, pero algo es evidente quiere romper con lo que ha significado ahogar políticamente a los batasunos, devolviéndoles la interlocución, legalizándolos parece, y haciendo algo muy peligroso: caminar como los cangrejos, hacia atrás y deshaciendo el camino andado. Y todo ello desde el oscurantismo, hablando de política con terroristas.
Decía Miguel De Unamuno que “La opinión de toda una multitud es siempre más creíble que la de una minoría.” Sr. Zapatero ¿estarán pues tan equivocados tantos que le piden que tenga prudencia y mano firme?

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