17 enero 2006

SI POR ZAPATERO FUERA CON BATASUNA FUMANDO ESPERO


Algunos piensan que los ciudadanos somos idiotas, o algo peor. Me refiero a aquellos que intentan que comulguemos con ruedas de molino, que atragantadas -las ruedas- nos hagan perder el sentido de la realidad.
La ley de partidos políticos ha sido uno de esos hitos en nuestra joven democracia que han venido no sólo a solventar muchos de los problemas que presentaba nuestro sistema político con la participación de determinados grupos, como Batasuna, que se han demostrado como auténticas plataformas terroristas, sino también ha servido a mi juicio al reforzamiento claro de nuestro sistema democrático, lo que parece no gusta en demasía a nuestro presidente de gobierno quizá por intereses no excesivamente claros como son las negociaciones estatutarias y quien sabe si con los terroristas etarras.
Es muy bonito en el plano filosófico-jurídico la defensa de los derechos reconocidos en nuestra Carta Magna como son los de reunión y asociación, como intenta el sr. Rodríguez Zapatero ante el próximo congreso convocado para este fin de semana por la ilegalizada Batasuna, no siéndolo tanto hacer oídos sordos y ojos ciegos a la evidencia de que tras ese congreso, tras esa organización está la serpiente del asesinato y la extorsión de ETA.
Sería mucho más bonito que ese mismo presidente se preocupara de que se cumpliese la legalidad de la ilegalización de batasuna, y se ocupara también de la defensa de otros de los derechos constitucionales, los que asisten a las víctimas y a los ciudadanos también en Euzkadi como son los de libertad de expresión, de libertad de movimiento, de seguridad y de ideología, derechos estos últimos que precisamente los batasunos se encargan de violar y de no respetar continuamente, cuando aquellos que pretenden ejercerlos no son nacionalistas, o sectarios como ellos.
Menos mal que al final la Justicia ha tomado cartas en el asunto, porque si llega a ser por el gobierno y el fiscal general del Estado, como decía el cuplé: fumando espero, y ahora ni eso.

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