27 junio 2006

DE NACIONALIDAD HISTORICA A HISTÉRICA

En Galicia estamos como queremos, aquí un gobierno siamés o de dos como prefieran, que ni hace ni deshace ni todo lo contrario. Lo cierto es que llevan un año en esto, y su única preocupación, visto lo visto, es si denominamos a Galicia nación, nacioncita, nación de la nación, región, la leche en verso o naçon de Breogán (por aquello de usar un lusismo).
¿Es qué acaso no existen problemas suficientes en Galicia para ocuparse de nimiedades? Cierto que existen, pero para el BNG y parece que para el PSG-PSOE, no sea que aquellos se le enfaden, la cuestión es trascendental y ponerse a la cola de vascos y catalanes en el alubión reforma-estatutaria existente en este País se transforma en la primera necesidad de los gallegos. Y en la calle, claro es, la gente dice aquello de “es cosa de políticos” porque lo cierto es que los gallegos nos sentimos de manera muy mayoritaria identificados con nuestra tierra como parte integrante de España, queriendo tanto a una como a otra, pues ser gallego no excluye ser español, ni viceversa, y la Constitución con su denominación de nacionalidad histórica para Galicia deja más que cumplidas nuestras aspiraciones autonomistas sin renunciar, eso si, a alcanzar dentro del marco constitucional las máxima cuotas de autogobierno, y sin renunciar claro es a no ser menos que los demás siempre y cuando la Constitución y las Leyes del Estado lo amparen.
Los demás planteamientos quieren transformarnos de nacionalidad histórica en histérica, y ni lo somos ni lo queremos.

2 comentarios:

vitio dijo...

Muchos políticos en este país están empeñados en sacar de la manga problemas donde no los hay.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Nación de Breogán. !Justame! Me quedo con esa. ¿Mi voto vale de algo? ¿Lo van a tener en cuenta?
Estoy de acuerdo en parte a lo que dices sobre que a la gente de la calle nos interesan más otras cosas como el paro, la seguridad, educación pública de calidad, emigración-inmigración, incendios, hacienda..ta ta ta.
Pero hay un problema que se nos escapa. Las leyes, las normas, los decretos, las constituciones, los estatutos y todo eso que parece que no nos afecta en lo más mínimo pues resulta que sí, que es la base de nuestro nivel y calidad de vida. Nos envuelve en todo lo que hacemos. Según estén establecidas las normas, así será nuestra vida. Y por eso tal vez los políticos que en este momento nos representan están intentando dar pasos hacia delante para que las proximas generaciónes de gallegos gocen de más libertad de gestión de nuestros recursos. Lo del nombre es pura metáfora, aunque no carente de importancia.
Que la mayoría de los gallegos estemos a favor de mayor autonomía, otro Estatuto o nos sintamos más españoles que gallegos, eso se sabrá en las urnas.
Irmandinha.