Decía
el comediógrafo romano Tito Macio Plauto que "el hombre es un lobo
para el hombre", si bien fue popularizada por Thomas Hobbes, filósofo
inglés del siglo XVII, en su obra Leviatán, que dice que el egoísmo
es básico en el comportamiento humano, aunque la sociedad intenta
corregir tal comportamiento favoreciendo la convivencia.
¿Por
qué esta referencia? Porque el alcalde de la ciudad de Vigo es una
muestra clara de egoísmo, de falta de convivencia y de que quien
quiere convertirse en el adalid de la defensa del viguismo, se
convierte por su propia actuación en un lobo para la ciudad
atacándola, ahora con el Área Metropolitana. Su exacerbado ánimo
de enfrentamiento, de confrontación, de lucha con la Xunta de
Galicia le convierte en el licántropo vigués por excelencia. El
señor Caballero a diferencia de la postura filosófica de Hobbes que
señalaba la convivencia como corrector de ese egoísmo básico del
ser humano, no cree en esa convivencia, el prefiere seguir echado al
monte y fomentar el enfrentamiento sin preocuparle en absoluto el
progreso de la ciudad de Vigo si no el suyo propio. Si Judas
Iscariote “vendió” a Jesús por 30 monedas, el señor Caballero
vende a la ciudad de Vigo que debería defender por su propio ego,
por su propio interés y vanidad. No tuvo proyecto para la tan demandada Área
Metropolitana de Vigo, vagó desde los 28 a los 14, no fue quién de
inquerir al socialista Touriño, cuando éste fue presidente de la
Xunta de Galicia , que impulsará una ley, quizá porque no se
ponían de acuerdo en el modelo, boicoteó a la Federación de
Asociaciones de Vecinos de Vigo que impulsó el proceso en la ciudad
para que llegase la ley al Parlamento Gallego.
Ayer
fue aprobada en el Parlamento con el único apoyo del Partido
Popular, con el voto en contra del PSG-PSOE, y del BNG (que a pesar
de ver apoyadas la mayoría de sus enmiendas en un ejercicio kafkiano
vota en contra de si mismo), y a la misma hora el ególatra, el
egoista, el licántropo Caballero convocaba un paripé con los medios
de comunicación, y en uno en concreto anunciaba el ataque al
desarrollo de la ciudad a través del Área con todos sus medios,
judiciales incluidos. Menuda irresponsabilidad, si en su día Don
Quijote de la Mancha se lanzó a la aventura que el imaginaba tras
leer sus libros de caballería, y se dedicaba a atacar molinos en los
que el veía gigantes, si en su día alguno envío sus tropas a la
derrota, en Vigo Caballero se “inventa “ también enemigos, en
este caso con nombre y apellidos, pero oculta a la ciudadanía quien
es el verdadero enemigo para la ciudad, quien es el lobo para el
ciudadano, claro que lo hace porque es él mismo.
¿Egoísmo?
Por supuesto o soy yo el presidente o a los tribunales; o soy yo el
que manda o el boicot; o soy yo el que sale en la foto o el pataleo.
Este es el señor Caballero, una persona preocupada por su ombligo,
lo que el impide ver al frente y por lo tanto al futuro.
Vigo
necesita crecer, necesita instrumentos de futuro y el Área será un
elemento importante, debemos reconquistar el siglo XXI, debemos creer que podemos despegar y convertirnos en la gran urbe del noroeste
español y continuar liderando las urbes gallegas, pero sólo podremos conseguirlo
con trabajo, seriedad, rigor, con un viguismo
integrador y haciendo participe a la sociedad que como capital del
Área se abre una oportunidad, una esperanza, una mejora, se abre en
definitiva un futuro nuevo y mejor.
No
podemos convertirnos en lobos para nosotros mismos, debemos trabajar
unidos y sin descanso, debemos pensar que lo mejor está por venir,
que convertirnos en “paranóicos políticos” sólo nos puede
conducir a tropezar; porque si no miramos 30 metros hacia delante,
nos vemos el ombligo y nuestros pies y no apreciaremos los retos que
se nos presentan. Por eso le pido a mi alcalde, que ejerza de tal,
que tenga altura de miras y humildad, porque sólo así Vigo avanza y
con él toda ciudadanía.
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